26.7.12

El Cerebro y los Mandalas


El trabajo con mandalas es, sin duda, una excelente herramienta para el equilibrio cerebral. Mejora la relación con uno mismo y con los demás.
Para recordar y facilitar la conexión entre el alma individual y el alma colectiva, para, meditar, para favorecer la concentración, para relajarse y divertirse, es aconsejable el trabajo con mandalas.
Los pensamientos están gobernados por el funcionamiento del córtex cerebral, en la parte alta del cerebro. También conocido como el cerebro nuevo ó jóven, el neocortex cubre las estructuras del sistema límbico ubicadas en el centro del cerebro y en la mayoría del tronco cerebral. Responsable de cogniciones sociales sofisticadas, el córtex es considerado el asiento del pensamiento, de la valoración emocional y de los movimientos voluntarios. El neocortex y la corteza frontal son llamados superiores y son exclusivos del ser humano. El cerebro límbico es dónde se sitúan las emociones y la memoria afectiva. Prisionero de todos los recuerdos que conllevan miedo y sufrimiento, juega un papel protector y cierra las puertas a toda información presentida como dolorosa ó peligrosa. El cerebro límbico es la zona de descanso muy importante; si éste cerebro, que actúa como filtro, se encuentra en un estado de estrés, no deja pasar todo el influjo nervioso hasta el cerebro superior, lo que supone un estrés suplementario, una mala gestión de la información, desorden en el comportamiento y el repliegue sobre sí mismo.El cerebro límbico nos enseña que una persona sin reconocimientos, vejada, invadida por problemas afectivos, no podrá manejar de manera eficaz una situación intelectual o del tipo que sea.
El trabajo con mandalas nos entrega herramientas que nos permiten un mayor y mejor conocimiento de nosotros mismos, a través de la integración y equilibrio integral de nuestra psiquis.

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